Por Juan A. Femández Peris
El 11 de noviembre de 1979 se produjo un incidente que me marcaría
profundamente: un avión de pasajeros realizaba un aterrizaje de emergencia
en el aeropuerto de Manises ( Valencia). Este suceso no era
motivado por algún fallo técnico, sino por el temor del piloto ante la
eventualidad de una posible colisión
en el aire con unas extranas luces
rojas. El que dicho aterrizaje se produjera
en el aeropuerto de mi ciudad,
la alarma social que creó y la
propia extraneza de los hechos me
llevaron en su día a involucrarme en
u na investigación que, de forma
intermitente, ha durado cerca de 19
años.
Dada la seriedad y reconocido
prestigio del premio "Ricardo
Caruncho", otorgado por la
"Fundación Anomalía" para el estudio del fenómeno OVNI, decidí que era el marco idóneo para dar a conocer públicamente mis investigaciones sobre este emblemático caso.
La conclusión de las mismas me lleva a señalar que los hechos no deben
atribuirse a unas presumibles fuerzas extraterrestres, ni a ningún otro factor anómalo
desconocido. En realidad fueron debidos a un encadenamiento de circunstancias
muy especiales, probablemente irrepetibles, que indujeron a los testigos
(la mayor parte de ellos profesionales del sector aeronáutico) a confundir ciertos
estímulos luminosos banales con OVNIS.
Para situar en su justa medida el caso, y comprender los factores que llevaron
a dicha confusión, tuve que analizar todos los condicionantes que se dieron
precisamente en esa fecha concreta. Por un lado los de política internacional ,
con sus derivaciones militares, así como el ambiente sociológico proclive al
fenómeno OVNI que se vivía en España, hasta las inhabituales condiciones
meteorológicas existentes en la zona , sin olvidar el singular momento psicológico
por el que atravesaba el comandante del avión comercial.
El 11 de noviembre de 1979, a las 22,47 horas, despegó del aeropuerto "Son
San Juan", de Palma de Mallorca, un avión "Supercaravelle" de la compat'lía española
TAE, que efectuaba el vuelo charter TAE JK-297 Salzburgo-Palma-Tenerife/Las
Palmas, con 109 pasajeros a bordo. A los mandos se encontraba el comandante
Francisco Javier Lerdo de Tejada, siendo su segundo piloto José Ramón
Zuazu Nagore y el mecánico de vuelo Francisco Javier Rodríguez.
A las 4,05 horas el
mecánico de vuelo advirtió
al resto de la tripulación
que eran visibles dos
potentes luces rojas, frente
al avión hacia la izquierda,
a gran distancia. En esos
momentos el "Supercaravelle"
volaba a 23.000 piés
de altura sobre el
Mediterráneo, al suroeste
de la isla de Ibiza.
Ante esta eventualidad
demandaron informes al
Control de Trafico Aéreo
de Barcelona, desde donde se les señaló que en dicha zona no existía ningún otro vuelo programado
distinto al suyo. Ello no hizo mas que aumentar el nerviosismo que empezaba a
embargar a la tripulación del vuelo TAE JK-297, en especial a su comandante.
Al parecer las extrañas luces, que eran dos focos de color rojo, muy
potentes, sin que se pudiera apreciar cuerpo sólido que los sustentara, fueron
acercándose progresivamente al avión. Dicho acercamiento, unido a la falta de
información por parte del Centro de Control de Vuelo de Barcelona, llevó al
borde del pánico al piloto del "Supercaravelle" que, temiendo una colisión, decidió
abottar el vuelo y aterrizar en el aeropuerto de Manises (Valencia).
Tras la llegada del vuelo TAE JK-297 a Manises, a las 23,45 horas, el personal
de este aeropuerto observó en el firmamento varias luces que destacan por su
brillo. No tardaron en asimi larlas a las mismas que habían interferido, poco
antes, la ruta dei "Supercaravelle", y que debían haberlo seguido hasta Valencia.
Puestos al corriente de los hechos por el Oficial de Trafico del aeropuerto, el personal de guardia de la anexa base aérea de Manises también fue participe de la presencia en el cielo de dichos puntos luminosos.
Ante la cantidad de testimon ios concordantes, a las 00,40 horas del día 12 el Jefe de Servicio del MACOM ( Mando Aéreo de Combate) ordenó el despegue de un interceptador "Mirage F- 1" de la base aérea de Los Llanos (Albacete), con el objeto de identificar las luces que eran observadas desde Manises.
El piloto dei "Mirage F- 1", capitán Fernando Cámara, localizó a lo largo de su misión varias luces muy lejanas, a las que nunca lograba acercarse por más que se dirigía hacia ellas. Al mismo tiempo, sufrió interferencias en sus comunicaciones de radio con el centro de de vuelo y esporádicos blocajes en el sistema de alerta del avión. Ante ello, y con la reserva de combustible muy reducida, regresó a su base donde hizo toma de tierra a las 02 ,07 horas.
LA INVESTIGACION: RESULTADOS
La clasificación como "materia reservada" por parte de las autoridades militares de todo lo relacionado con el tema OVNI, me impidió durante años acceder a los informes oficiales sobre este incidente. Por ello, y contando sólo con los testimonios de los testigos civiles, no pude avanzar significativamente en su análisis.
No fue hasta la desclasificación del expediente del caso, en septiembre de 1994 , cuando pude disponer por fin de todos los elementos para finalizar mi estudio y llegar así al total esclarecimiento de los múltiples incidentes acaecidos aquella noche del 11 al 12 de noviembre de 1979. Para la verdadera naturaleza de los diversos episodios que componen el caso, hay que tener en cuenta que aún estando relacionados por ser fruto de un cierto estado emocional de "contagio", en realidad las fuentes luminosas que los originaron fueron diversas e independientes.
A) LUCES ROJAS OBSERVADAS DESDE EL VUELO TAE JK-297:
Los tripulantes del "Supercaravelle" de la compañia TAE probablemente confundieron las llamaradas de las torres de combustión de la refinería de Escombreras -sita junto a Cartagena-, con las luces rojas que motivaron su alarma. Esta explicación surge de una forma directa si se analiza la trayectoria del vuelo TAE JK- 297 y el ángulo de visión que podía contemplarse desde la cabina de dicha aeronave. En la zona concreta donde los testigos vieronlas, para ellos, luces extrañas, se encuentra precisamente la refinería petrollfera del Valle de Escombreras.
Por lógica, lo observado por los tripulantes del avión debió tener su origen en dicha refinería. Ante esta evidencia, profundicé en el estudio de la zona en cuestión, consultando todo tipo de bibliografía, mapas, fotografías panorámicas, etc., e incluso fotografías aéreas de la propia refmería y de su entorno cercano. Allí pude obtener información muy precisa de la magnitud y características de las torres de combustión mencionadas.
Por último, ya sólo me quedó confrontar los datos y realizar diversos cálculos trigonométricos. Los resultados fueron totalmente coherentes con la hipótesis explicativa. De un lado confirmé que la separación angular entre las dos luces rojas observadas por los testigos era coincidente con la distancia real que existía entre dichas chimeneas. Al mismo tiempo, el diámetro de las llamaradas resultaba perfectamente compatible con la potencia y tamaño otorgado por los tripulantes del avión a las propias luces rojas ( OVNI).
B) LUCES MULTIPLES VISTAS DESDE MANISES:
Buena parte de los protagonistas ya intuyeron, durante la noche de los hechos, la más que probable naturaleza estelar de las luces observadas. Idea que terminaron de confirmar en otras noches siguientes,
cuando volvieron a contemplarlas.
Tanto es así que el Capitán de Guardia de la Base Aérea de Manises, a las 01,45 horas del mismo día 12, comunicó telefónicamente al jefe de Servicio del Cuartel General del Aire que el mayor de los objetos luminosos vistos "sigue el movimiento de las estrellas y que ahora sospecha que sea un planeta".
Desde Manises confundieron varias estrellas con "objetos luminosos desconocidos", siendo la estrella Sirio la luz de mayor tamaño y que más expectación levantó.
C) LUCES PERSEGUIDAS POR EL "MIRAGE F-1":
En ningún caso se trató de las luces rojas desencadenantes del caso, puesto que, en todo momento, desde el centro de control le instaron a tratar de perseguir las luces que se observaban desde Manises.
El capitán Cámara no vió más que luces lejanas poco definidas a las que no alcanzaba nunca, siendo su verdadera naturaleza probablemente estelar como sus homónimas contempladas desde Manises.
CONCLUSIONES
Podría sonar a broma que testigos tan cualificados (pilotos, -civiles y militares-, personal de control de vuelo, técnicos de aeropuerto, etc . ) hubieran podido incurrir en semejantes confusiones. A ello sólo puedo señalar que las circunstancias fueron muy especiales, aunándose un inimaginable cúmulo de casualidades difícilmente repetibles:
* Por un lado el piloto del vuelo TAE JK -297, comandante Francisco Javier Lerdo de Tejada, tenía graves conflictos personales que le hacían, psicológicamente hablando, muy vulnerable. De hecho, su ataque de ansiedad/pánico a los mandos del avión fue lo que motivó en gran medida el aterrizaje de emergencia, no la extrañeza/peligrosidad intrínseca de las luces vistas.
* Asimismo, las condicionantes meteorológicas fueron claves a la hora de no identificar correctamente las llamaradas de la refinería del Valle de Escombreras. En el área existía una fuerte inversión de temperatura en superficie, que al crear en altura un espejismo superior, distorsionó, a ojos de los tripu lantes del vuelo TAE .JK-297 la visión de dichas llamaradas.
* En cuanto a los técnicos del aeropuerto de Manises, y personal de guardia de la anexa Base Aérea, el gran revuelo creado por el aterrizaje de emergencia del "Supercaravelle" de la TAE, creó un estado de excitación que hace comprensible la confusión. Más si cabe si se tiene en cuenta la extraordinaria visibilidad existente, muy rara en esta zona del Mediterráneo, que provocó unos inusuales destellos en las estrellas.
* Por último, el piloto del interceptador de la Defensa, capitán Cámara, voló desorientado, casi por espacio de dos horas persiguiendo unos indefinidos estímulos luminosos, precisamente en una noche de una visibilidad excepcional.
*Además, el piloto del Mirage F-1 sufrió unas vinilentas e insospechadas medidas de guerra electrónica (fuertes distorsiones en sus comunicaciones por radio y ciertos blocajes en los sistemas electrónicos de
defensa de su avión) que le aturdieron. Contramedidas de guerra electrónica provocadas por el portahelicópteros de la Sexta Flota norteamericana LHP- 2 Iwo-jima, que a esas horas se encontraba en las cercanías de las islas Columbretes en situación de alerta máxima.
*Todo ello, enmarcado dentro de un ambiente sociológico en España muy proclive al fenómeno OVNI. Cualquier luz vista en el cielo era automáticamente considerada como una probable nave extraterrestre y los OVNIS saturaban los medios de comunicación.
Fuente: Cuadernos de Ufología (25-26) - Epoca 2000
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